“Qué poco sabes del amor si piensas que perjudica a tu arte”, dice Oscar Wilde en “El retrato de Dorian Gray”, y creo que le sobran palabras. Qué poco sabés del amor si pensás que perjudica. Qué poco sabés del amor si pensás que en su nombre es válido coartar, cercenar, modificar a tu antojo. Qué poco sabés del amor si pensás que debés ceder parte de tu esencia para mantenerlo, para que no huya y te abandone. Eso que te obliga a ser otro, o que te obliga a no ser tan vos, o que te vende gato por liebre y un horizonte dibujado a mano por libertad, podrá ser muchas cosas, pero no amor. Cosas agradables, tal vez. Cosas felices, ojalá. Pero no amor.
Lo que sea que es el amor, no puede perjudicar. No es amor si daña, si duele. No hablo de historias de desencuentros que pueden doler por el no encontrarse. Hablo del presunto amor que exige para amar. Del amor que chantajea, del amor que condiciona. Ese amor no es amor.
Se puede vivir con eso, claro que sí. Se puede ser feliz con eso, supongo.
Pero eso no es amor. Ahora que queda claro, puedo elegir.
Comentarios
Boludo, recién me entero de este blog. Voy a tener que informatizar la palmera.
Genial, perdonen la redundancia.
¡Será «boluda»!
Estaríamos de acuerdo en lo que no es amor… El asunto es qué es lo que es…
Ese concepto ya es más difícil de abarcar.
🙂
Un abrazo, Benjui.
El amor…
…su puta madre!
Lo que complica, justamente, no es el amor sino todo lo demás.
Apapacho, Sal.
Tan claro como el agua. Lástima que pocos entiendan este concepto.
Besotes, Gilda y felicitaciones por tu nueva casa. =)
Gracias, nena. 🙂
Un abrazo.
Pues claro, mi gilda querida… el amor no es coaccionar, es respetar… pero sabes? nos gusta sufrir, por eso a veces nos quedamos con el peor pensando que cambiará…
Besicos
Tendríamos que relajarnos más, ¿no? 🙂
Un abrazo.
No sé de qué amor hablas. El amor siempre duele, y quiere y desea y necesita minuto a minuto el olor, la proximidad, la necesidad posesiva.
El otro amor no lo conozco. Lo he leído, sí, en algunas novelas y en personas enajenadas, pero nunca en gente que puede escribir poesías con el corazón en la mano, o postear y ser medianamente sensata.
Ese amor que dices, si exise, existe sólo unos segundos y luego se esfuma. El amor es tan imperfecto como el ser humano, y es una suerte que sea así. Todo lo demás es el cuento del perdedor.
Yo creo que estamos tan acostumbrados a lo otro, que cada vez creemos menos en un amor que no duela; en un amor, en realidad.
El amor es una fuerza positiva (¡es amor!), y por eso creo que no puede dañar. Lo que daña es otra cosa: la carencia de amor, la no correspondencia, las dificultades, los malentendidos. No el amor.
Un abrazo, Hank.
Me parece apropiado el ejercicio de puntualizar el No Amor. Porque no nos engañemos Gilda mía, no es una cuestión de semántica. Se trata de diferenciar, se trata de que no nos metan gato por liebre.
Si le llamamos Amor a los otros sentimientos -muy válidos por cierto- erradicamos la posibilidad del otro, del verdadero. Acaso pasa al lado nuestro sin que lo notemos, acaso estemos tan agriados y escépticos y ciegos, que somos incapaces de diferenciarlo.
Doy fe con mi vida que ese Amor existe tal cual lo describís. Puede tener o no fecha de vencimiento, pero existe Amiga mía.
Un Enorme Abrazo!
Por eso mismo insisto tanto sobre llamar a las cosas por su nombre. Porque no será un tema de semántica, pero la semántica tiene que ver. Si nos enseñan que eso que nos hace mierda se llama amor, entonces creceremos pensando que, por lógica, el amor nos debe hacer mierda o no es amor.
Te apapacho, querida Su.
🙂
Es que «eso» que arrasa media vida de otro es cualquier cosa pero no amor.
Un barazo
Claro, eso digo. 🙂
Con frecuencia nos engañamos queriendo hacer pasar por amor un montón de cosas, sentimientos o situaciones que están muy lejos de serlo. A veces, aunque en el fondo sabemos realmente qué es, tal vez necesitamos verlo de otra forma.
Un abrazo.
¡Claro! Porque eso que no es amor, también nos gusta.
Es complicado.
Un abrazo, Wara.
El no amor también lo he conocido, y está bien, porque una vez le conoces ya no lo quieres más para acariciarlo entre las manos.
Así que me quedo con el amor, es decir, conmigo mismo 🙂
Besos, querida
Yo supongo que no está mal el no-amor, siempre que no compremos gato por liebre. A veces queremos creer cosas que no son. Eso, a la larga, es lo que jode: la verdad que termina abriéndose paso.
🙂
Besos, querido.
siempre me sorprenden gratamente tus escritos…
tan cierto lo que dices y a veces tan difícil…. pero me quedo con el final. Ahora que lo sabemos, escogemos.
Un abrazo
y enhorabuena por el nuevo refugio… 🙂
Lo bueno de llamar a las cosas por su nombre es que, al hacerlo, somos libres. Y al ser libres, elegimos.
🙂
Abrazo y gracias.
amor es libertad, en ello estamos
un beso, gilda
s
Exacto, Santi. 🙂
no veo ninguna contradicción entre lo que dice Hank y que el amor sea una fuerza positiva
saludos